Recientemente inicié el contacto con una perito en LinkedIn y le comenté sobre este espacio en el que existe una cantidad de información disponible para el cobro de honorarios, así como la existencia del Grupo de Soy Perito de Facebook, en el que nos apalancamos con las experiencias compartidas e información de todo tipo. La invité, además a pasar esta información a cualquier colega de ella que quisiera sumarse.
Ella, amablemente me dijo que lo haría, pero que no conocía mucha gente que se dedique a realizar pericias porque luego no se cobran.
Confieso que me quedé un rato reflexionando sobre este tema y pensaba: si así fuera yo no hubiera llegado a trabajar con la cantidad de peritos con que lo hago.
Luego pensé: a la vez, si fuera tan fácil cobrar honorarios yo probablemente no me estaría dedicando a ello sino de lleno a ser mediador y conciliador en temas de defensa del consumidor, que es mi otra actividad.
La realidad es que no todo es blanco ni negro, siempre hay grises.
He visto peritos (clientes míos) cobrar sumas muy importantes y seguir adelante y también he visto quienes han trabajado en casos en los que han cobrado muy poco o directamente no han podido cobrar por ser insolvente quien debía pagar.
Pienso que la actividad pericial es como una rueda, que debe moverse un tiempo antes de que se vean resultados y que es posible el cobro de buenos honorarios, siendo éstos los que van a compensar los casos de honorarios bajos o incobrables.
De esto pueden hablar los profesionales que son peritos hace muchos años y no paro de verlo.
Sin embargo, por alguna razón que no cuestiono, muchos desisten en el intento.
Creo que la clave es nunca, por ningún concepto, abandonar el impulso de un expediente hasta tanto no se cobren los honorarios o nos demos cuenta que ese cobro será imposible, en cuyo caso sí debemos desprendernos para destinar esa energía al que sí cobraremos.
Dr. Mariano A. Fernández Oromendia
Especialista en cobro de honorarios periciales.
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